México, las Liliths y el Feminismo Charro

Si bien las violaciones de los derechos humanos afectan tanto a hombres como mujeres, su impacto varía de acuerdo con el sexo de la victima. Los Estudios sobre la materia permiten afirmar que toda agresión perpetrada contra la mujer tiene alguna característica que permite identificarla como violencia de género. Esto significa que esta directamente vinculada a la desigual distribución del poder y a las relaciones asimétricas que se establecen entre varones y mujeres en nuestra sociedad, que perpetúan la desvalorización de lo femenino y su subordinación a lo masculino. Lo que diferencia a este tipo de violencia de otras formas de agresión y coerción es que el factor de riesgo o de vulnerabilidad es el solo hecho de ser mujer”.Nieves Rico (Violencia de Género: Un problema de Derechos Humanos)

«Definitivamente no estamos cumpliendo la tarea, no estamos cumpliendo la tarea como individuos, no estamos cumpliendo la tarea como sociedad y no estamos cumpliendo la tarea como instituciones públicas», destacó Ana Guemes, representante en México de ONU-Mujeres.

“¿Es niño o niña?” es la primera pregunta que formulamos cuando nace un bebé. De ello depende el pistoletazo de salida en el proceso educativo para los recién nacidos que crecerán y se desarrollaran como miembros de la sociedad. Si es niño vístalo de ropón azul y si es niña cualquier moño en rosa la hará lucir como princesa.

En la sociedad mexicana existe ya un modelo de patrón y el simple concepto de los estereotipos sexistas implica la exageración de falsas diferencias entre los géneros, que no es otra cosa que prepararlos para competir en un futuro para las realizaciones de determinadas tareas sociales y ver cómo o quién lo hace mejor, ignorando las diferencias existentes que tenemos, por derecho, como seres individuales. Aquí es cuando nace, no el feminismo sino una sociedad charra.

-Modelo de la familia en Mexico-

En México, como regla casi general para quienes se auto-denominan “gente decente” y también por razones practicas, el matrimonio es visto como el paso natural para una pareja tras un tiempo de noviazgo razonable. Una vez casados, lo mismo sucede ¿Y para cuándo los hijos? El matrimonio ha sido visto en la literatura a partir del siglo XVII, como la apoteosis del amor. La boda es la mayor expresión de amor y el clímax para una pareja de enamorados. Después, la realidad la vemos reflejada en el programa  “Mujer, casos de la vida real”(Nota: desconozco si aún existe).

En pocas palabras, la televisión y la publicidad han determinado nuestra educación en el país. Los contenidos cada vez han sido más, y más, y mucho más explícitos con el género femenino y capaz de determinar cómo -en sociedad- debemos ser o cómo no debemos ser. Ojala pudiéramos comprenderlo y dejáramos de reproducir patrones de mujeres sufridas y co-dependientes y estereotipos sobre “deidades descerebradas” en la publicidad.

Pasando a otros temas, algunas feministas actuales coinciden en que el feminismo que se gestó en los 70’s no se centró en torno a lo crítico de la trabajadora doméstica, del papel de la ama de casa y del peso social del ejercicio de la maternidad. Ello se debió a las características de la desigualdad social prevaleciente que  permite pagar a una empleada para que releve a las mujeres de dicha carga en el hogar así como del cuidado de sus hijos mientras trabajan, olvidando que éstas también son mujeres, también son madres, y también tienen derecho a ser tratadas sin la etiqueta de “subclase femenina”, explotadas y con un salario mediocre.

 (CIMAC).- Con una marcha, indígenas quechuas, mazahuas, zapotecas, mayas, triquis, nahuas, yaquis, mapuches y mujeres chicanas concluyeron el VI Enc. Cont. de Mujeres Indígenas. (Mar-08-2011)

A principio de los 90’s, si bien el panorama se vislumbraba alentador para muchas propuestas femeninas, la irrupción en la vida nacional, en 1994, con el EZLN (Ejercito Zapatista de Liberación Nacional) evidenció la pobre respuesta que el feminismo mexicano tenía para con las indígenas. Si bien es cierto que, ahora, esta lucha se colocó en la agenda nacional, la situación específica de las indígenas no ha logrado contar con el respaldo suficiente tanto que la igualdad social y la no discriminación siguen siendo temas de tercer y cuarto nivel en los archivos de la arrogancia mexicana.

Trabajadoras de Hitachi en El Salto. Foto: Héctor Jesús Hernández, La Jornada Jalisco

En México las mujeres conforman dos terceras partes de las trabajadoras en las maquiladoras con salarios mal remunerados. Por unos cuantos pesos trabajan largas jornadas en empresas explotadoras, cuyos propietarios son corporaciones trasnacionales como SONY, NOKIA, GE, etcétera.

Los acosos sexuales, la discriminación, los abortos involuntarios y las lesiones son comunes debido a que las políticas de la empresa son etéreas y las leyes ambientales y de seguridad son ineficientes gracias al tratado de libre comercio que puede comprarlo todo y cuando digo todo incluye los lideres charros de los sindicatos que ondean la bandera de la desigualdad entre los agremiados.

 En el país no sólo hay crímenes violentos contra mujeres y niñas en Ciudad Juárez,  también en otras ciudades de México donde, la mayor parte, ni siquiera estaban involucradas con hechos delictivos y que, en su momento, demandaron y no fueron escuchadas, sus vidas no fueron protegidas por el ‘Estado’ quedando a merced de sus agresores y que ahora representan cifras que desvirtúan a “La Justicia”. Esto demuestra que hay una estrecha relación entre las formas de violencia de género aceptadas por la sociedad, un feminicidio invisible para el gobierno falocrático en contubernio con un machismo instalado en las  instituciones que desvalorizan la problemática impunemente.

-Foto archivo de El Universal- Pulse en la imagen para ver fotogaleria

Desgraciadamente, la guerra contra el narcotráfico declarada por el Presidente Calderón no augura para nada que haya un compromiso formal del Gobierno Federal –de todo el país- con nuestros derechos.

Las mujeres de a pie quedamos muy a la indefensión porque las autoridades policíacas escudadas en la lucha anticrimen no se toman la molestia de indagar feminicidios, violaciones, secuestros ni desapariciones, simplemente se los cargan a la cuenta a favor del crimen organizado.

Nadie pone en duda el trascendental valor que la Declaración de los Derechos Humanos, como los demás instrumentos relativos a los mismos, representan para la humanidad.  No obstante, las mujeres refutamos el hecho de que su nacimiento  ha estado fuertemente ligado a la idea del ser humano centrada en la imagen del hombre –varón- es decir, que esos derechos humanos solo han tenido como referencia al sexo masculino, mismo que se considera el paradigma de lo humano, sin  tomar en cuenta la manera de sentir, pensar, luchar y vivir del sexo femenino que representa la otra parte de la humanidad, pero que ha sido insensibilizada  y se le niega el reconocimiento de sus derechos específicos y simplemente se le incluye como formando parte integrante del hombre pero que no la refleja como un ser individual y con un papel en la sociedad  como seres inferiores, sumisas y dependientes, sin derecho a nuestra propia identidad genérica.

En los últimos 25 años han sido perpetrados 34 mil feminicidios en México, reveló un informe citado por Ana Güezmes, representante mexicana ante la agencia de Naciones Unidas encargada de tratar la violencia contra la mujer.

Lo que estamos viendo en la actualidad es un rezago de la mujer en el camino de la igualdad. Todavía seguimos sufriendo de estos males a pesar de que hoy somos periodistas, maestras, abogadas, bioquímicas, psicólogas, etcétera. Vale la pena echar un vistazo a aquellos tiempos lejanos comparados con los de hoy para entender el por qué de las vergüenzas, los miedos, las frustraciones y los prejuicios de muchas mujeres de hoy. Pero también es tiempo de tomar conciencia como mujer y reconocer que el auténtico valor del feminismo no es aquella que usa tacones para andar en bicicleta o la que se desnuda en la calle con una pancarta para reclamarle al hombre, sino la que sabe que tiene los mismos derechos y el mismo nivel sin tener que encuerarse.

Azafatas mexicanas protestan desnudas

Publicado en: http://clubdelilith.com/mexico-las-liliths-y-el-feminismo-charro-2-3043

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